One shot! You're my dream come true Parte 1

Era de noche y, aunque a todo el que me preguntase le decía lo contrario, no me encontraba bien. Llevaba todo el día pensando en ese chico, en esos preciosos ojos verdosos que me habían hipnotizado, en sus manos, suaves y fuertes a la vez, en su sonrisa, tan blanca que dolía a la vista y en sus labios, sí, sobre todo en sus labios, carnosos, rosados, perfectamente amoldable a los míos, en como su lengua había traspasado el umbral de mi boca sin apenas pedir permiso, en cómo, sin conocerlo lo más mínimo, no había tardado un solo segundo en saber que era el chico perfecto. Pero mi segundo cerebro, mi conciencia, me decía que no podía estar con él sin más, sin conocerlo. Ese chico había aparecido de la nada, había dejado a todas las chicas embobadas, había sido más simpático conmigo que muchos de mis amigos a lo largo de toda mi vida y a la hora de la salida me había besado, había sido un beso dulce, prácticamente me había pedido permiso y yo se lo había dado, claro que se lo había dado, se había ido con una sonrisa...y ni siquiera sabía su nombre.

Seguramente cuando llegase a mi casa mi madre me echaría la bronca, pero podía retrasarla unos pocos minutos más. Ni siquiera había hecho los deberes para mañana, después del instituto había ido a entrenar para la competición de natación del fin de semana de la semana siguiente, y ahora estaba vagabundeando, quedaba poco más de media hora para cenar, debería empezar a volver a casa-Me dije a mí misma.

-¿Vas a algún lugar en especial o solo das vueltas en círculos?

-¿Consciente o inconscientemente?- No hubo respuesta- Mi conciencia me lleva a casa en contra de mi voluntad.

-Tú conciencia es buena, es tarde para estar fuera.

-¿Entonces por qué me sigues? Estoy fuera.

-¿Es lo que te preocupa?

-No me das miedo, puede que no sepa nada de ti, pero sé que no eres una mala persona.

-Eso es discutible...- Aunque seguía de espaldas y andando, pude notar como su expectación

aumentaba conforme mi silencio se extendía.

-Tenías razón, es tarde, mi madre me va a matar.

-¿Te llevo?- Me paré, sus pasos cesaron un segundo después que los míos. Al girarme lo encontré apoyado contra un árbol despreocupadamente, sus ojos verdes me miraban esperando la respuesta. Asentí lentamente. Una sonrisa se extendió en su rostro haciéndome bajar la mirada.

-Pero...

-¿Pero?

-Sí, pero. Como vas a hacerlo ¿volando?

-Podría...pero se conducir bastante mejor que pilotar.

-Ya claro, debí haberlo imaginado.

Me llevo hasta un coche, un Ford Focus, aunque no estaba segura. Me sobresalté cuando las luces se encendieron y escuché una carcajada detrás de mí.

-Lo siento, no pude evitarlo.- No respondí. Se acercó hasta la puerta del copiloto y la abrió sin dejar de mirarme- ¿Las damas primero?

El viaje hasta mi casa fue silencioso, excepto por las pocas indicaciones que le daba, de pronto el coche se paró y al mirar por la ventanilla vi como las luces del comedor estaban encendidas. Suspire.

-¿Te pasa algo?

-¿Qué? No nada, es que no estoy acostumbrad a que me regañen, y hoy me espera una buena.

-No te preocupes, seguro que no es para tanto.

-Claro.

-Por cierto...Creo que te debo una disculpa por lo de esta mañana-¡Oh, genial! Justo ese tema-

No debería haberlo hecho... fui un idiota, no lo pensé.

-No importa...yo te dejé.- Se hizo un silencio incómodo y sentí la necesidad de salir del coche.-Debería irme ya.

Abrí la puerta del coche decidida, pero a la hora de andar las cosas cambiaron, en verdad quería estar más tiempo con él. Pero esa no era una opción. Me giré sobre mis talones, el coche seguía allí y él seguía dentro.

-Me debes un nombre.

-¿Qué te parece...Tom?

-Bonito nombre...pero apreciaría más si me dijeses Tú nombre.

-No especificaste de quien querías el nombre.-Puse los ojos en blanco teatralmente-Vale, está bien, me llamo Joseph, Joe.

-No es un nombre muy común por aquí.

-¿Y tú nombre es adecuado para California?

-Puede...júzgalo tú mismo Elizabeth, Eli.

-Muy inglés.

-Si tú lo dices...- No pude evitar una sonrisa