martes, 15 de junio de 2010

Capítulo 14

Ninguno de los dos habló durante el trayecto, a mí no me apetecía demasiado hablar del tema de Edward, y estaba segura de que aunque empezásemos hablando de alguna asignatura el tema desembocaría ahí y los dos nos sentiríamos incómodos. Se giró un poco hacia mí con indicios de hablarme, pero luego volvió la cabeza y siguió conduciendo con la vista fija en la carretera. Cundo bajamos del coche me llevó a una pequeña cafetería. Pidió dos cafés con leche

-¿Cómo?...-dudó en seguir, pero luego continuó hablando- ¿Qué ha sido eso?

-¿El qué?


-El...beso. ¡Es tu hermano!

-No es mi hermano -murmure.

-Sí que lo es.

-Soy adoptada, igual que el resto de mis “hermanos”-hice el gesto de las comillas con los dedos.-Además, creo que tengo derecho de besar a quien me venga en gana.

-Te gritó.

-Está celoso.

-¿De mí?

-De que esté contigo, sí.

-Um... que subida de confianza.-No pude evitar reirme- En serio, si le supongo una amenaza a él, que es como... perfecto, puedo permitirme un poco de arrogancia. A lo mejor consigo que te enamores de mí-Solté otra carcajada.

-Lo siento, pero es imposible.

-Eso ya lo veremos. Puedo llegar a ser muy romántico.

-¿En serio?

-Sí, ya te lo demostraré, de momento es temprano ¿no crees?

-Puede que sí, puede que no.

-¿Estas coqueteando conmigo?- preguntó levantando una ceja.

-Jajaja, puede que sí, puede que no. Pero no te hagas ilusiones, mi corazón esta conquistado.

-Tú espera y verás. Todavía queda un día muy largo.

-Creía que aquí anochecía temprano.

-Bueno... eso no tiene nada que ver. Aunque si no confías en mí como para que te lleve a casa de noche...

-No es eso, pero puede que no me lleves a casa.

-Lo intentaría, pero no en la primera cita.

-¿Cita? Nunca vas a tener una cita conmigo.

-Nunca digas nunca.

-¡NUNCA!- grité cerca de su oído.

-¡SIEMPRE!- Dijo levantandose de su asiento.

-¿Y eso a qué ha venido?-Se quedó pensantivo durante unos segundos- ¿eh?

-No lo sé.

-Loco.

-Lo sé.- dijo como si fuera algo obvio.

-Sabes, hacia tiempo que no me divertía.

-Y lo que te queda.¿Te dan miedo las motos?-dijo sacandose unas llaves del bolsillo

Algo se despertó en mi cuando pronunció la palabra "moto".

-Para nada, de hecho...conduzco yo´.

Cogí las llaves de su mano y comencé a andar, él me alcanzó en pocos segundos, luego me adelantó y siguió hasta una moto negra.